Y empiezan a salir en forma de agua salada por los lagrimales de tus ojos.
Cuando se te atoran los sentimientos en la garganta,
y solo eres capaz de soltar graznidos,
porque no puedes hablar,
y te encojes,
y las lágrimas siguen saliendo,
y solo quieres que te abracen,
fuerte.
Y que no te suelten,
nunca.
Jamás.
Cuando se te atoran los sentimientos en el corazón.
Y te duele la cabeza.
Y los ojos te escuecen.
Y la nariz.
Y estas roja.
Roja de dolor.
Y el dolor se expande.
Y rechazas a los que se acercan a ti,
pero no quieres que se vayan.
Quieres que se queden,
y te abracen.
Fuerte.
Y que no te suelten.
Nunca.
Jamás.
Cuando se te atoran los sentimientos en la cabeza.
Y no eres capaz a de pensar con claridad.
Y solo quieres que todo pase,
y dormir.
Cuando no sabes si es tu cabeza
O tu corazón
ese que se apodera de tu cuerpo
y te hace sentir tan mal.
Y te hace seguir llorando.
Cuando pierdes a un ser querido.
Y deseas que fuese
Una pesadilla.
Ojalá no existieran las enfermedades.
Ojalá no fuéramos tan frágiles.
Ojalá,
y existiera un remedio para todo.
Ojalá nunca te hubieras tenido que ir para darme cuenta lo mucho que te quiero.
Lo mucho que te echo de menos.
Lo mucho que me gusta que me abrazaras cuando lloraba.
El que me dijeras que todo iba a estar bien.
Ojalá pudiera ahora decirte todo eso que acabo de escribir.
Para que supieras que, a pesar de la distancia,
Te quiero.
Que te quiero a rabiar.
Sé que no te lo decía mucho, pero también se que sabes
que siempre me ha costado mucho mostrar lo que siento.
Por eso te escribo esto.
La verdad, es
que no tengo mucha esperanza con que lo leas,
ya sabes,
por la distancia.
Ojalá te pudiera abrazar una vez más,
y decirte que te quiero,
Porque no hay
¡ni habrá!
persona más bella que tu.
Gracias.
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