Me he rayado.
Así es.
Me he rayado.
He llegado a repetir tantísimo aquellas palabras que han dejado de tener sentido en mi cabeza.
¿No os pasa?
Cuando repites tanto una palabra. La separas en sílabas. Y terminas separándola por letras. Agrupando las vocales a un lado y las consonantes a otro, hasta que pierdan la razón.
Y te empieces a cuestionar el sentido de los vocablos. Y el hecho de que ya no te duelan al repetirlos, porque no tienen sentido.
Porque han perdido toda su trayectoria.
Tampoco te duele que sean de esa persona.
Ni que a veces las palabras sean como cuchillos.
Porque un día lo fueron, pero ya no.
Cuando repites tanto una palabra. La separas en sílabas. Y terminas separándola por letras. Agrupando las vocales a un lado y las consonantes a otro, hasta que pierdan la razón.
Y te empieces a cuestionar el sentido de los vocablos. Y el hecho de que ya no te duelan al repetirlos, porque no tienen sentido.
Porque han perdido toda su trayectoria.
Tampoco te duele que sean de esa persona.
Ni que a veces las palabras sean como cuchillos.
Porque un día lo fueron, pero ya no.
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